Intentos desesperados de vivir una vida que sea la mia.

Besos de extraños y de conocidos. Palabras de antiguos y nuevos amigos. Parranda, algo de alcohol y tardes solitarias de películas. Miedo, penas, alegrías y valentías han cruzado en este verano. Personas aparecieron, pero otras se marcharon. Me han sorprendido, me han decepcionado. Me han hecho odiar a mucha gente y también querer abrazar a todo el mundo.
No encuentro aun, después de todo eso, mi mundo. Todos eran mundos prestados, de otras, de otros. Y ese mismo miedo de hace un año vuelve y se encarna, otra vez necesito que me dejen en la puerta. Ya no habrá nadie para hacerlo, o quizás si existan personas que quieran, pero nadie que yo quiera que me acompañe.

Cuanto más tengo que explorar(me) para encontrar mi mundo, sentirme dueña de mi espacio, de mis pensamientos; tranquila conmigo misma.

No se si a todos les pasará. Supongo que sí.

Hay conexiones que nunca terminan. Uno nunca deja de querer a alguien.
Nunca deja de preocuparce.
Siempre querrá brotarle nuevas alegrías
Yo nunca voy a dejar que las conexiones se terminen, no con personas como él.

El cambio

¿Que es esto nuevo que siento?
La brisa me acaricia, ya no me acompaña, ya no me protege. Pasa, saluda y se marcha.
La risa me abunda, me cosquillea desde los pies hasta la cabeza, y me deja replicas.
Me asustan las personas, pero de un modo curioso he interesante, como cuando un niño conoce a un nuevo adulto.
Me gustan los colores, amo las flores, me gusta mi vida.


Siento un nuevo calor dentro



1 febrero 2010