Es mi nuevo estilo, nacio de mis entrañas y hoy sale a la luz.

Es así. Cuando te me llegas a la mente, por circunstancias de la vida. O cuando se que puedes aparecerte en cualquier momento, un calor insoportable me ataca. No son mis hormonas, no es el verano, o mi chaqueta. Simplemente mi nueva forma de avergonzarme, de ponerme nerviosa. Y aunque suene ridículo, imbécil y hasta gracioso. Ese calor me toca y me ataca desde el cuello a mi corazón de colibrí. Fulminante cual tormenta, mi guerrero me devasta. Uno, dos, tres: respirar hondo y seguir.